“Puedes generar un fondo de pantalla para computador con una imagen de Alain Prost en el McLaren de Fórmula 1 MP4/4”.
En menos de tres segundos la inteligencia artificial de Bing contestó amablemente que Alain Prost era un corredor francés de Fórmula 1 y que el McLaren MP4/4 era de uno de los autos más icónicos de este deporte y a continuación generó cuatro imágenes que las tituló como “Alain Prost with the Formula 1 mp4/4”.
Cualquier conocedor de la Formula 1 de inmediato notará que la persona de la imagen no es Alain Prost y que el auto tampoco es el McLaren MP4/4. Lo que hizo la inteligencia artificial de Microsoft fue simplemente crear una imagen genérica lo que podría considerarse como un francés cercano a los 70 años, sacado de un catálogo de modas. Asimismo, el auto es cualquier monoplaza pintado de naranjo, porque ése es el color con el que Bruce McLaren originalmente pintó sus autos. Sin embargo, el venerado MP4/4 tenía los colores de la publicidad de Malboro.
La respuesta dada por la Inteligencia Artificial es ante todo inexacta y en el más puro estilo estudiantil, chamuyenta. Tiene algunos elementos de verosimilitud, pero el grado con el que es rellenado los huecos faltantes con prejuicios es importante. Lo correcto, lo honesto, hubiera sido que la Inteligencia Artificial hubiera señalado que no sabe cómo luce Alain Prost, ni el McLaren MP4/4. Sin embargo, respondió como si supiera a cabalidad lo que estaba haciendo.
Es aquí donde surge la aporía de la ética y la Inteligencia Artificial. Tanto la literatura especializada, como los desarrolladores afirman que la Inteligencia Artificial no tiene razonamiento ético, debido a que sólo se trata de algoritmos y procesamiento matemático. Y tal como lo afirma el Libro Blanco de la Inteligencia Artificial de la Unión Europea, la ética sólo es exigible a los desarrolladores y los usuarios de la Inteligencia Artificial.
No obstante, eso nos lleva al establecimiento de la aporía de la ética y la Inteligencia Artificial. Tal como lo señala Kidder, la ética se aplica al momento de tomar decisiones. Su objeto de estudio es la toma de decisiones en momentos difíciles. La ética se ejercita en momentos límites, en donde una decisión puede afectar la vida de otras personas.
Cada decisión, cuando produce consecuencias sobre el otro, encierra un razonamiento ético, independientemente de que se quiera o no. Es por eso que esta declarada carencia de razonamiento ético por parte de la Inteligencia Artificial es peligrosa, debido a que se quiera o no, la Inteligencia Artificial debe tomar decisiones.
Cada vez que debe responder una pregunta, cada vez se le solicite que analice datos, necesariamente debe realizar decisiones para llevar a cabo la tarea que se le encomendó. Debemos recordar que un algoritmo es un árbol de decisiones, por lo que su programación fuerza al algoritmo tomar decisiones bajo ciertos parámetros, pero en último caso, siempre debe decidir entre dos opciones (verdadero o falso).
Es por eso que es peligroso que se confíe en un ente como la Inteligencia Artificial que, aunque no se quiera reconocer, toma decisiones sin un marco de referencia ético. La respuesta de por qué la Inteligencia Artificial debe tener ética, es justamente porque toma decisiones y eso puede afectar la vida de las personas.